Generando las mejores condiciones para el embarazo 

Durante el embarazo, la mujer entra en conexión directa con la fuerza creadora del universo. En este periodo único se dan muchos cambios en su interior, a medida que avanza el proceso de crear la vida. Es un momento especial para observar su cuerpo y sus emociones y aprender a escucharlas, para aprender más sobre ella misma y para conectar con su poder innato. 

La mente y el cuerpo están íntimamente ligados a través del sistema inmunitario, endocrino y nervioso. Mediante la práctica de la respiración y las distintas asanas (posturas de yoga), el cuerpo tomará consciencia y se irá adaptando más fácilmente a todos los cambios. Cuando la mente está en armonía, el cuerpo encuentra su equilibrio perfecto, y así se crea un espacio acogedor y cómodo, con unas condiciones excelentes para que el bebé pueda desarrollarse correctamente desde un punto de vista físico y mental. El modo en el que un ser crece en el útero lo afectará durante toda su vida, y este proceso depende en gran medida del estado de salud de la madre, de su alimentación y de sus emociones. 

El yoga consciente favorece la comunicación entre la madre y el hijo desde mucho antes del nacimiento, puesto que el bebé reacciona ante los distintos estímulos y movimientos. 

La mujer embarazada tiene que prestar atención a varios puntos clave. En su proceso de agrandamiento, el útero desplaza el centro de gravedad. Un anclaje firme y una compensación postural correcta evitan el dolor de la zona lumbar y crean una fuerza que alarga de forma fluida la parte superior del cuerpo, cosa que da lugar a una sensación ligera y de flotación. A través de la memoria corporal se va dando forma a un proceso continuo de refinamiento.